La Empresa Post-Pandemia

Hoy, mucho hemos escuchado respecto a qué es lo que va a suceder, pasado este tiempo de Pandemia.

Hay, algunos expertos que indican que viene un período de recesión mundial, como resultado de las acciones de cuarentena, que los países han implementado durante estos meses; lo que es cierto, es que esta recesión ya la estamos viviendo.

Si, es cierto que esta recesión ya ha impactado las principales economías mundiales; y, por diversas razones:

  1. La Cuarentena ha provocado que las empresas tengan que cerrar sus puertas y enviar a sus colaboradores a casa, lo que provoca que no se puedan generar ingresos; por lo que los flujos de efectivo, en las empresas se ven afectados.
  2. En gran parte de los países, han tenido que tomar medidas financieras que llevan a una disminución en los ingresos corrientes, producto de una merma en la recaudación de impuestos.
  3. Los recursos monetarios existentes, se están destinando a cubrir los gastos que requieren los Organismos de Salud; destinadas a combatir la enfermedad provocada por el virus; y, evitar su propagación.

Quizás, lo que estamos viviendo, no es muy diferente a lo vivido durante la Segunda Guerra Mundial; o quizás sí lo sea.

Lo cierto es que, en este momento, no tenemos un marco de referencia que nos marque un camino a seguir; en una situación como la que estamos viviendo, en la que el mundo entero hubiese tenido que detener su flujo económico.

En ese momento, de la segunda guerra mundial, los presupuestos se destinaban a la creación de armas y equipamiento de ejércitos.

Hoy día, los presupuestos de las naciones se destinan al equipamiento de hospitales y personal médico; a la aplicación de pruebas de diagnóstico.  Dicho de otra manera, se ha cambiado la milicia por los médicos; las balas y cañones, por pruebas y medicamentos.

Todo esto, ha venido a impactar nuestras vidas; para algunos, les ha provocado situaciones de estrés, ya que se han quedado sin empleo, de manera repentina; otros, pueden estar viendo la inversión de su vida desvanecerse ante sus ojos sin saber cuándo puede acabar esto.

Yo quisiera pensar, que antes de decir que todo está acabado, esta es una gran oportunidad para hacer las cosas diferente.

Te estarás preguntando ¿qué cosas, son las que hay que hacer diferente? Antes de entrar en definir esas cosas que hay que hacer diferente; creo importante citar a un consultor español, Marc Vidal, quien en un artículo del 24 de marzo del 2020, dice: “Contemplar la economía actual como un elemento lineal, capaz de cortar una cadena de valor determinada y que afecte relativamente poco al resto es muy naíf. Se olvidan, u obvian voluntariamente, que a medida que el desempleo, los impagos, las quiebras y las insolvencias se desplieguen por los sectores a los que se les ha exigido cerrar su actividad el virus se irá trasladando al resto. No existen cortafuegos en la economía actual.”

Marc, indica en su artículo que “estamos viviendo una nueva era”, nada muy lejos de la realidad; y agrega: “Quienes ahora se gasten el capital en parchear no podrán construir algo nuevo y mejor”.

Yo, concuerdo con Marc; estamos a las puertas de una nueva forma de hacer empresa, de una Nueva Era; en la que se debe buscar la manera de orientar los recursos para ser mucho más eficiente aplicando tecnología en casi toda la operación.

Si bien, hace algunos años venimos hablando de términos como la Era Digital, la Empresa 4.0, Transformación Digital y la Quinta Ola Tecnológica; es importante comprender que, estos ya han dejado de ser meras definiciones; y vienen a convertirse en prácticas destinadas a establecer cómo crear nuevas empresas.

Analicemos lo que ha sido, el desarrollo económico mundial durante estos últimos 50 años.

La economía mundial; y, por tanto, la empresarial, durante estos últimos 50 años, se han visto impactada por, al menos, 3 crisis petroleras, la del 1973, 1979 y 1990.  Todas estas crisis, provocaron que las economías industrializadas se vieran afectadas, disparándose las cifras de desempleo en las grandes potencias.  La que menos impacto tuvo, fue la de 1990 provocada por la Crisis del Golfo.

¿Por qué ponemos tanto interés al tema de la crisis petrolera?  Pues, gran parte de nuestras economías productivas guardan una relación directa o indirecta con los productos resultantes del Petróleo.

Pero, sí, en todas estas crisis, el precio del petróleo se disparaba; aumentaba a niveles que las empresas consumidoras no podían enfrentar, producto de no contar con el presupuesto para hacer frente a estos incrementos.

Pero, hoy día, en los que nos encontramos haciendo frente a una Pandemia; a una situación nunca vista, se nos presenta una nueva crisis de petróleo.  Una crisis, que tampoco había sido vista; ni imaginada anteriormente.  Los mercados internacionales están reportando Precios de Petróleo por debajo de cero.

Según el West Texas Intermediate (WTI), este lunes los precios se desplomaron; cayeron de unos US$18.00 con los que se abrieron los mercados a unos US$-37.63 (en negativo), algo sin precedentes en la historia.

Según explica, un artículo de la BBC:

“La caída fue impulsada por una cuestión técnica en el mercado de petróleo, que se comercia con su precio futuro y los contratos para mayo van a expirar este martes.

Los operadores buscaban deshacerse de esos contratos para evitar que tener que hacerse cargo del coste del traslado y almacenamiento de algo para lo que la demanda es tan baja ahora mismo.”

Continúa diciendo el artículo de la BBC:

“Arrastrado por el WTI, especialmente en la última parte de la sesión de este lunes, el petróleo Brent (referencia en Europa y el resto del mundo) para entrega en junio cayó un 8,90 % este lunes hasta los US$25,58.

La situación se explica por el exceso de oferta en el mercado y las dificultades para almacenar los altos excedentes provocados por la fuerte caída de la demanda causada por la paralización de la economía por la crisis del coronavirus.

Y es que los confinamientos ordenados por muchos gobiernos para tratar de contener la pandemia han aniquilado la demanda de crudo.”

Pareciera ser que, una caída del petróleo puede llegar a beneficiar los precios de los productos y servicios que hoy día se presentan en nuestras empresas; pues no es tan fácil.  Ya que una caída considerable en los precios del petróleo, provocado por el hecho que no hay demanda para la oferta que existe hoy día y a futuro, debido a la inmovilidad social y empresarial; está llevando a los países productores a bajar la marcha en la producción; e incluso a tomar medidas que pueden terminar en cierre temporales de plantas; ya que no tendrían donde depositar el petróleo que producen.

Por otro lado, esta pandemia, no solo ha impactado en lo económico; ha venido a transformar la interacción del ser humano, porque ha provocado que éste haga uso de un distanciamiento social, sólo con la finalidad de preservar la vida.

Este distanciamiento social, no sólo implica que las personas estén en sus casas y procuren salir lo menos posible de ella, sólo para abastecerse; lo que resulta en la suspensión de la interacción laboral; y, por ende, empresarial.

Todo pudiera indicar, que este distanciamiento social, se pudiera convertir en un comportamiento normal en el futuro inmediato; pudiendo afectar las operaciones de algunas empresas.

Todo lo que hemos visto anteriormente, nos plantea la existencia de un gran problema o una gran oportunidad.

Yo, soy de la opinión que esta situación que estamos viviendo nos presenta un gran problema que, a su misma vez, es una gran oportunidad. Es una gran oportunidad de lograr transformaciones considerables en las empresas.  Pienso que, a partir de este momento las empresas, no solo, deberán mejorar la eficacia y eficiencia en el suministro de productos y/o servicios de calidad; sino que, deben procurar brindar seguridad de salubridad a los clientes; minimizando el contacto físico del cliente con algunos objetos como los documentos en papel.

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